Las infecciones vaginales son motivo de consulta frecuente en la farmacia, en ocasiones nos preguntan cómo acabar con la infección, cómo realizar correctamente el tratamiento o sobre higiene íntima, pero está claro que una de las grandes preocupaciones cuando se sufren infecciones vaginales, es cómo evitar las recaídas.
Eso es precisamente lo que quiso compartir con nosotros Sandra, una chica que no conseguía recuperarse de una candidiasis (una infección vaginal provocada por hongos) y sufría continuamente recaídas.
Logró solucionarlo con la ayuda de tampones con probióticos, a continuación te contamos cómo y por qué.
Lo que le ocurrió a Sandra no es excepcional. En su caso, a raíz de un tratamiento con antibióticos para tratar unas anginas, empezó a notar escozor, molestias al orinar y cierta inflamación y dolor en la zona genital.
Su ginecólogo le diagnosticó una infección y le recetó el tratamiento que necesitaba. A pesar de realizarlo de forma correcta, no conseguía recuperarse del todo y continuamente notaba molestias. El hecho de recaer y sufrir los mismos síntomas una y otra vez, le resultaba muy angustioso y era algo que vivía con preocupación.
Por qué no se recuperaba Sandra
Las recaídas de nuestra protagonista, tenían mucho que ver con la flora vaginal. ¿Sabes qué es?
La flora vaginal está formada por un conjunto de microorganismos que nos protegen frente a infecciones, porque:
-Crean un ambiente muy ácido que dificulta el crecimiento de bacterias patógenas
-Fabrican compuestos que resultan tóxicos para las bacterias nocivas e impiden que se adhieran a la mucosa vaginal.
En resumen, son “microorganismos buenos” que forman un escudo protector muy eficaz.
El problema es que, para que este escudo funcione a la perfección, tiene que estar en equilibrio. Si una parte de las “bacterias buenas” desaparece, los “microorganismos malos” aprovechan la ocasión y se multiplican causando una infección.
En el caso de Sandra, el antibiótico que tomó para tratar las anginas, afectó negativamente a su flora vaginal, rompiendo su equilibrio y favoreciendo la aparición de la candidiasis.
Cuando la flora vaginal no logra recuperarse a tiempo es posible sufrir recaídas o como en el caso de Sandra, no lograr acabar con la infección.
La solución al problema
La solución, una vez realizado el tratamiento prescrito por el médico para curar la infección, pasa por restablecer la flora vaginal, y el modo más fácil y rápido de hacerlo es con un probiótico.
Los probióticos están formados por dos o más tipos de microorganismos propios de la flora, es decir de los buenos, y se pueden tomar vía oral o bien administrar por vía tópica mediante óvulos.
Pero Sandra, optó por otra forma más novedosa y que no podía irle mejor, los tampones con probióticos. Tampones que contienen los microorganismos en su interior y que permiten acelerar la curación y evitar recaídas.
Cómo se utilizan los tampones con probióticos
Se utilizan como un tampón normal, durante los días de la menstruación. A la vez que retienen el flujo, los lactobacilos que contienen salen y se adhieren a la vagina. Así, se vuelve a crear un entorno ácido y se restablece el equilibrio.
Lo que si hay que tener en cuenta al usar estos tampones es que:
- hay que utilizar un mínimo de 3 tampones al día
- y hay que seguir el tratamiento al menos durante 3 o 4 menstruaciones consecutivas.
Para mayor comodidad existen tampones con tres capacidades de absorción, como Muvagyn de los Laboratorios CasenFleet que incluso los comercializarán con aplicador.
Bueno, ya ves que no tienes porqué seguir pasándolo mal con este tipo de infecciones. A parte de los fármacos, los probióticos son excelentes para mejorar la salud y la calidad de vida.
Quizá hayas tomado probióticos alguna vez, ¿nos cuentas tu experiencia?