Las pequeñas pérdidas de orina son un problema muy frecuente entre las mujeres y no creas que solo afecta a mujeres de la tercera edad. Si has tenido un parto vaginal y, sobre todo, si has pasado por una episiotomía (el corte que se realiza en algunos casos para facilitar la salida del bebé), es posible que tengas dificultades para retener la orina al toser, estornudar o al reír.
Durante el embarazo, el conjunto de músculos y estructuras situados en la parte baja el abdomen, conocido como suelo pélvico, se expande, se distiende mucho y pierde tono. Al volver a su estado natural ya no es tan elástico y si además se ha practicado un corte, por pequeño que sea, deja una cicatriz que dificulta su recuperación.
Con el paso de los años el problema puede aumentar y si no se hace nada para recuperar el suelo pélvico, es posible que a partir de los 50 años se tenga que hacer uso de compresas para evitar pasar momentos comprometidos.
Este tipo de afecciones son un tema tabú y se suelen sufrir en silencio, al no compartirlo con otras mujeres, muchas no saben que tiene solución. Si estás cansada de cruzar las piernas al estornudar, sigue leyendo, te contamos como poner freno a las pequeñas pérdidas de orina.
Cuál es la solución las pequeñas pérdidas de orina
La clave está en recuperar el tono de la musculatura pélvica, que como otros músculos de nuestro cuerpo, se puede ejercitar. Además es muy sencillo hacerlo, mediante los ejercicios de Kegel.
Para fortalecer la musculatura con estos ejercicios hay que ser muy constante y hacerlos todos los días. La suerte es que no te robarán mucho tiempo, con 5 minutos tres veces al día será suficiente.
Además, como nadie va a notar que estás haciendo ejercicio, puedes hacerlo dónde y cuándo quieras: en casa, en el trabajo, en el autobús,...elige el momento e incorpóralos a tu rutina.
Cómo se hacen los ejercicios de kegel
Los ejercicios de Kegel son muy sencillos de hacer, pero como todo, requiere un poco de práctica. Primero debes tener claro la musculatura a ejercitar, para que te hagas una idea, el movimiento que tienes que hacer viene a ser el mismo que haces cuando retienes la orina. Debes tener la sensación de que los músculos suben, no al revés.
Si quieres un truco para hacerlo bien, prueba a retener la orina cuando estás en el baño. Fíjate en el movimiento que haces. Es el que después tendrás que repetir.
También te ayudará si primero contraes el ano, si lo haces fuerte, verás que poco a poco también contraes la parte de la vagina.
Si aun así no hay manera, lo más fácil es acudir a un fisioterapeuta que te ayude.
Ahora que ya sabes qué músculo hay que ejercitar, es hora de empezar:
-Relaja y contrae la musculatura 10 veces seguidas, lo más rápido que puedas. Repítelo 10 veces.
-Cuando quieras sigue con la siguiente serie. Contrae la musculatura, aguanta 5 segundos y relájala poco a poco. Repítelo también 10 veces.
Muchas mujeres empiezan pero enseguida dejan de hacerlo porque se cansan. Es normal, ya que esta musculatura se fatiga con mucha facilidad. Por eso es muy importante descansar siempre los mismos segundos que se ha “trabajado”. Una contracción de 10 segundos merece un descanso de 10 segundos. ¡Acuérdate!
Debes tener en cuenta que lo que más te va a ayudar es la constancia. Si al principio no aguantas más de 2 segundos, no pasa nada. Al cabo de unos días verás como ya serán 5. Lo más importante es ir haciendo los ejercicios de Kegel con regularidad.
¿Sabes qué son los ejercitadores kegel?
Otra opción, es combinar estos ejercicios con los ejercitadores de Kegel. Son unas pequeñas bolas que se introducen en la vagina. La musculatura del suelo pélvico se ejercita al tener que sostener su peso. Existen ejercitadores de diferentes pesos para ir fortaleciendo el suelo pélvico de forma gradual.
Tenemos publicado un video sobre cómo utilizar los ejercitadores de Kegel. Verás que en este caso, su uso está encarado a la mejora de la relaciones sexuales, pero el funcionamiento es el mismo que para las pérdidas de orina. Aquí puedes verlo
¡Ah! Y no te preocupes porque no hay límite de edad para empezar a ejercitar el suelo pélvico. Tengas la edad que tengas ¡nunca es tarde!
