El calcio es uno de los minerales más abundantes en el organismo, por tanto, debemos asegurar un buen aporte mediante la dieta.
Aunque los lácteos son una gran fuente de calcio, existen otros alimentos ricos en este mineral.
Si eres de los que no puedes o no te gusta beber leche, ¿sabes qué otras opciones tienes para asegurar la dosis diaria recomendada de calcio?
Alimentos que contienen calcio
El calcio que contienen la leche, el yogur o el queso se asimila fácilmente. Pero son alimentos, con un importante contenido en grasas y colesterol, por lo que es importante recordar que en muchas ocasiones convienen tomarse desnatados.
Conviene destacar que un consumo elevado de sodio puede dificultar la absorción del calcio y en este caso, el queso es uno de los alimentos más ricos en sodio.
La col, el brócoli y el repollo son una excelente fuente de calcio de muy fácil absorción. En este caso, para aprovechar sus nutrientes al máximo el mejor método de cocción es al vapor y no se deben cocer en exceso, deben quedar al punto.
Si quieres un importante aporte de calcio de origen vegetal, las semillas de sésamo no pueden faltar en tu dieta. Para un mayor aprovechamiento tómalas sin tostar y ligeramente trituradas.
El pescado azul, como el salmón, y especialmente el de pequeño tamaño como las sardinas y las anchoas, también contiene calcio. Destacar que, cuando tomamos estos pequeños pescados en conserva, los consumimos enteros y aprovechamos el calcio que contienen sus espinas.
Las espinacas o las legumbres también aportan calcio, pero a su vez contienen sustancias que dificultan su absorción, como el ácido oxálico. Lo mismo ocurre con las alubias, la mayoría de semillas, los frutos secos o algunos productos de derivados de la soja, que en este caso contienen ácido fítico que también interfiere en su absorción.
Ten en cuenta que el alcohol, el café y el té disminuyen la absorción del calcio.
Por qué el calcio es tan necesario
El aporte de calcio no puede faltar en la dieta. No sólo es necesario para mantener los huesos y dientes fuertes. También es indispensable para que el corazón y los músculos funcionen bien. Incluso interviene los procesos de coagulación de la sangre.
El calcio, por tanto, no puede faltar. Cuando la dieta no nos aporta la cantidad necesaria de este mineral, el organismo moviliza las reservas de calcio de los huesos.
La falta de calcio conduce a retrasos en el crecimiento, trastornos digestivos, osteoporosis y es la responsable en parte de un mayor índice de fracturas en la edad adulta.
Los periodos en los que el calcio es más necesario son durante el embarazo y la lactancia, la infancia y la adolescencia.
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