Trabajando en una farmacia nunca sabes cuándo tendrás que curar una herida a alguien. Y más teniendo en cuenta que justo delante tenemos un parque donde todas las tardes los niños del barrio juegan durante horas.
Sin ir más lejos la semana pasada Javi, un niño de 7 años, saltó desde lo alto de un columpio haciendo un triple salto con pirueta y aterrizando sobre… su codo derecho, convirtiéndose sin saberlo en el protagonista de este nuevo capítulo de #HistoriasQueAyudan.
Por suerte no fue nada grave, sólo una pequeño incidente que se saldó con una rozadura, una pequeña herida abierta en el brazo. Su madre lo trajo enseguida a la farmacia y nos pidió si podíamos desinfectar y curar la herida.
Así que, con el permiso de Javi, ¿quieres saber cómo curar una herida?
En función del tipo de herida ante la que nos encontremos el procedimiento a seguir será un poco diferente. No es lo mismo utilizar apósitos para curar quemaduras que tratar la pequeña lesión de Javi.
En este caso te vamos a explicar cómo curar lesiones leves, heridas superficiales como cortes, rozaduras o erosiones, heridas abiertas que, de no tratarse bien, pueden derivar en una herida infectada.
Primer paso: cómo limpiar y desinfectar una herida leve
-Antes de ponernos a curar una herida tenemos que lavarnos las manos para evitar infecciones.
-Las heridas leves no suelen sangrar demasiado pero si fuera el caso podemos detener la hemorragia presionando con cuidado con una gasa estéril. No utilices algodón porque las fibras se desprenden y quedan pegadas a la herida. Javi tenía un pequeño corte en el codo, le dimos una gasa y el solo se la sujetó durante unos minutos mientras las chicas de la farmacia iban en busca del material de cura.
-A continuación es necesario lavar la herida con agua y jabón. Muchas veces en la herida quedan restos de suciedad o polvo que hay que retirar. Javi se había caído en el parque así que tuvimos que eliminar todos los restos de arena y piedrecitas. En la farmacia lo hicimos ayudándonos con suero fisiológico estéril y gasas.
-El paso siguiente es desinfectar. Es importante utilizar una sustancia antiséptica pero que no sea alcohol. Nosotros utilizamos clorhexidina pero también puede usarse povidona iodada, lo que conocemos como yodo.
Segundo paso: Cómo proteger la herida
-Después de limpiar la herida y secar los bordes el siguiente paso será protegerla de golpes y rozaduras para que cicatrice bien.
-Cuando la herida tiene un tamaño pequeño quizá será suficiente con una tirita, que puede ser de tela, de plástico, resistente al agua o de materiales especiales para pieles sensibles.
Incluso puedes encontrar tiritas con dibujos y colores para niños. ¡A Javi le encantó la que le pusimos!
-También existen sprays que aplicados encima de la herida crean una película transparente como si fuera una tirita.
-Si la herida es mayor mejor utilizar un apósito. Son transpirables y protegen la herida a la vez que favorecen su curación.
-Si el riesgo de infección es elevado, por ejemplo porque la herida está en las manos con las que debemos trabajar y manipular sustancias existen tiritas y apósitos con plata antibacteriana para minimizar el riesgo de infección.
-En las articulaciones o zonas con más movimiento quizá será necesario colocar pequeñas tiras adhesivas que hacen la función de puntos de sutura para así evitar que la herida se abra y pueda cicatrizar antes.
Si sigues estos pasos no tienes que tener ningún problema para mantener cualquier posible herida bajo control. Y recuerda que si la hemorragia es importante y no cesa o si aparece fiebre o una gran inflamación o dolor durante las horas siguientes a la lesión tendrás que ir al médico.
Después de haber leído esto, ¿tienes todo lo que necesitas en tu botiquín de primeros auxilios?