La obesidad infantil es uno de los problemas que afectan cada vez a más niños en nuestro país. ¿No crees que es momento de ponerse las pilas y hacer algo al respecto? Quizá no puedas hacer nada por los demás pero si puedes hacerlo por tu hijo, lo más importante que tienes.
Es momento de dar la relevancia que se merece a la dieta infantil, a los buenos hábitos y a la práctica de deporte en la infancia. Entre los culpables de la obesidad infantil encontramos las dietas que siguen algunos niños con exceso de azúcares y grasas y la escasa práctica de deporte que junto a el exceso de horas que pasan sentados frente al televisor hacen que su estilo de vida sea más bien sedentario.
En realidad no es difícil evitar el sobrepeso infantil, pero si que requiere un cierto cambio de rutinas familiares. A continuación te damos 5 consejos para conseguirlo, apostamos que si lees hasta el final acabaréis bailando ;)
Obesidad infantil, cuál es el riesgo
El sobrepeso y la obesidad infantil no son preocupantes por temas meramente estéticos, que quede claro, son verdaderos problemas de salud.
Las malas costumbres no son fáciles de cambiar, si un niño sufre sobrepeso por mala alimentación y ausencia de práctica deportiva, probablemente continuará igual en la adolescencia y en la edad adulta.
Cuanto antes introduzcamos en su vida hábitos saludables mejor los adaptará a sus rutinas. Si por el contrario, nos quedamos de brazos cruzados, cuando sea adulto tendrá más números (que aquellos que siguieron un estilo de vida saludable) de sufrir ciertas enfermedades como:
- diabetes
- hipertensión
- enfermedades cardiovasculares
- cáncer de colon, mama o endometrio
Cómo luchar contra la obesidad infantil
Lo que mejor va a funcionar es la prevención. Antes de que sea demasiado tarde hay que evitar que el niño llegue a tener sobrepeso o en cualquier caso, que llegue a sufrir obesidad. ¿Qué tienes que hacer?
- Darle comida saludable desde pequeño, los niños tienen que acostumbrarse a comer sano y seguir una dieta equilibrada. Eso no solo significa que hay que comer de todo, también quiere decir que hay que controlar las proporciones. Por ejemplo, un plato de judías con patata puede parecer saludable pero si en el plato lo que encontramos es solo patatas y una o dos judías en plan anecdótico para dar color, pues eso no nos sirve. Hay que comer de todo sí, pero con ojo y en su justa proporción. Está bien que te guste el pan, la pasta, el arroz y la carne, pero no te olvides de que lo que tiene que abundar son verduras, fruta, hortalizas, pescado y legumbres.
- Hay que eliminar las grasas saturadas, las que derivan de los fritos, el exceso de embutidos y la bollería industrial. Hay que comer grasas, pero las saludables, las que proceden del pescado azul (sardinas, boquerones, bonito,…) el aguacate, el aceite de oliva virgen, los frutos secos o las semillas.
- Otra clave está en olvidarse del azúcar. No lo necesitamos para nada, no obtenemos de él ningún nutriente, solo calorías que se almacenan directamente en forma de grasas si no se queman.
- Indispensable hacer deporte. Los niños tienen que moverse, hacer ejercicio y evitar pasarse horas delante el televisor o jugando con la consola. Tienen que ir al parque, salir y montar en bicicleta, en patinete o correr detrás de una pelota. Natación, baloncesto, fútbol, tenis, atletismo, patinaje... ¿por qué no apuntarlos a su deporte favorito?
- Es importante no presionar al niño para que se acabe toda la comida y vacíe el plato. Hay que aceptar que el niño pueda estar lleno y no obligarle a comer más de la cuenta. En relación a este punto, siempre que puedas y esté en tu mano opta por la lactancia materna, porque se ha demostrado que tiene un papel protector frente a la obesidad infantil. Además, con el biberón es posible que los bebés tomen más alimento del que necesitan.
Cinco consejos útiles para evitar el sobrepeso infantil
Además de todo lo que ya te hemos explicado, aquí tienes trucos y consejos prácticos para que todo resulte más sencillo.
1. Organiza los menús semanales
Algo que os ayudará a comer mejor es organizar los menús semanales. Te ahorrarás tiempo y dinero ya que a la vez que organizas el menú planificarás todas las comidas de la semana y solo comprarás lo que necesitas.
2. Desayunos y meriendas saludables
Atención con los desayunos, son una de las comidas más importantes del día. Asegúrate que el niño desayuna en casa por la mañana antes de ir a la escuela y que se lleve por ejemplo una pieza de fruta para comer durante el recreo. Pero atención, porque desayunar en casa no significa comer cualquier cosa, nada de tomar cereales repletos de azúcar, bollos o kilos de cacao a diario. Aquí podrás encontrar 6 ideas para un desayuno diferente y sano.
Y lo mismo para las meriendas, olvídate de los zumos envasados o los bocadillos de Nocilla cada día. Aquí te damos ideas para meriendas sanas e irresistibles.
3. Imaginación al poder
Si no tienes costumbre, puede parecerte aburrido eso de comer frutas y verduras cada día. Si lo que tienes en mente es la verdura hervida es normal que te apetezca más un plato de pasta. Tienes que ponerle imaginación y más cuando de niños se trata. Puedes hacer pizzas vegetales, canelones de verduras o setas, pasta y arroz con verduras, verduras con pescado al horno… hay mil recetas.
Hay muchísimas opciones y trucos para incorporar el verde a tus platos. Aquí te explicamos qué puedes hacer cuando 5 raciones de fruta y verdura te parezcan demasiado.
4. Predica con el ejemplo
Predica con el ejemplo, no pretenderás que tus hijos coman sano y equilibrado si no ven que tú también lo haces. Ya sabes que si algo caracteriza a un niño es que lo imita todo, tanto lo bueno como lo malo.
Siempre que sea posible sentaros todos juntos en la mesa y sin tele ni teléfonos a la vista. Disfruta del placer de una comida en familia.
5. Do it Yourself, hazlo tu mismo
Nada mejor para cogerle gusto a la comida sana que prepararla tu mismo. Haz que los niños formen parte de la elaboración de menús, que colaboren en la compra. Cuando estéis en el supermercado permite que elijan la verdura y la fruta que prefieran, se la comerán con más ganas.
Algo que también funciona es hacerles participar en la cocina. Cómprales un delantal y permite que te ayuden a preparar la cena por ejemplo. Hay muchas cosas que pueden hacer aunque sean pequeños, por ejemplo, batir huevos, limpiar lechuga y otras verduras, partir judías con las manos o te pueden ayudar a preparar una macedonia de frutas. Incluso podéis preparar postres y dulces caseros, siempre serán mucho más sanos que la bollería industrial.
La obesidad infantil es un problema demasiado importante como para ignorarlo. Ponte las pilas y ayuda a tus hijos a vivir sanos y felices, no hay regalo mayor que les puedas hacer.
A continuación puedes ver a Michelle Obama colaborando con la campaña "Let's Move!" para luchar contra la obesidad infantil, ¿por qué no nos sumamos y nos marcamos un baile con los niños?
Cuéntanos, ¿tienes ganas de un cambio de rutinas para evitar la obesidad infantil?
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