Desde hace ya unos años, se ha identificado la dieta mediterránea como un patrón de alimentación realmente saludable.
La dieta mediterránea no es únicamente una guía básica de alimentos, sino que también es un estilo de vida fantástico para mantener nuestra salud.
En los últimos años, debido a nuestro ritmo de vida y a la escasez de tiempo, la tendencia ha sido abandonar este tipo de dieta en favor de costumbres menos saludables y alimentos elaborados y precocinados. La obesidad se ha convertido en una epidemia y ha aumentado enormemente la incidencia de diabetes, enfermedades cardiovasculares, colesterol o síndrome metabólico.
Te damos las claves para recuperar y seguir una buena dieta mediterránea de forma fácil y cómoda.
Por qué la dieta mediterránea es saludable
En primer lugar es variada, incluye todos los grupos de alimentos: cereales, legumbres, frutas, verduras, hortalizas, carnes blancas y rojas, pescado blanco y azul, huevos y lácteos.
La distribución de los nutrientes es adecuada y equilibrada, además predominan los alimentos de origen vegetal, especialmente el consumo de frutas y verduras.
No es una dieta rica en grasas saturadas, pero sí que es rica en ácidos grasos insaturados (saludables) procedentes del aceite de oliva, nueces o pescado azul.
El aporte de agua y fibra es también importante en este tipo de dieta, así como de alimentos antioxidantes.
Todo ello sumado al ejercicio físico regular hace que la dieta mediterránea sea el aliado perfecto evitar el sobrepeso y la obesidad y mejorar tu salud.
Diez claves para seguir la dieta mediterránea
1. Intenta comer productos frescos y de temporada, porque además de conservar más nutrientes también suelen ser más económicos. Si no dispones de mucho tiempo puedes cocinar y después congelar la comida o también puedes comprar verduras y hortalizas ultracongeladas con lo que podrás ahorrar tiempo y seguir comiendo sano.
2. Utiliza siempre aceite de oliva para cocinar y aliñar. Olvida la mantequilla u otros tipos de grasas. El aceite de oliva tiene efectos beneficiosos para tu salud cardiovascular ¡además de un sabor único!
3. Es necesario comer fruta, hortalizas y verduras todos los días. Ten en cuenta que debes consumir algunas de las hortalizas y verduras en crudo. Son necesarias entre 2 y 3 piezas de fruta cada día (un zumo hecho en casa equivale a una pieza de fruta). Un buen momento para comer fruta es en el postre, a media mañana o media tarde.
4. Intenta comer pan , pasta, cereales y arroz integrales. Además de una excelente fuente de hidratos de carbono, al ser integrales te aportan fibra y también minerales, como selenio, zinc o hierro.
5. No es aconsejable el consumo abundante de grasas animales, por eso debes limitar las carnes rojas (ternera o cerdo por ejemplo) a una o dos veces a la semana. En su lugar es aconsejable el consumo de carnes blancas, como pollo, conejo o pavo.
6. El pescado azul es una fuente de proteínas baja en grasas saturadas y rica en ácidos grasos saludables como omega3. Introdúcelo en la dieta al menos 2 o 3 veces a la semana.
7. El consumo de productos lácteos fermentados como queso o yogur también puede ser beneficioso, aunque debes tener en cuenta su aporte de grasa debido a su origen animal.
8. Aunque estén riquísimos, los dulces deben consumirse sólo de forma esporádica, ya que son una fuente importante de grasas saturadas.
9. Unos dos litros es la cantidad de agua que debes beber cada día. Aunque el vino se asocia a la dieta mediterránea, ten en cuenta que debe consumirse en pequeñas cantidades y durante las comidas.
10. Practica ejercicio suave de forma regular y si puedes todos los días.
Otras curiosidades
¿Crees que tu dieta sigue los parámetros de la dieta mediterránea?
Si quieres comprobarlo, en este enlace encontrarás un pequeño cuestionario que te servirá para valorar si realmente tu dieta es tan sana como piensas.
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