¿Eres de los que te gusta levantarte por la mañana y notar ese olorcito a café recién hecho o por el contrario te gusta más notar el sabor y el calor de un buen té?
Seguramente te habrás preguntado qué es mejor si el café o el té, hay quien dice que el té no lleva cafeína sino teína, que es más suave y no agrava la hipertensión. También se dice que para despertarte por la mañana nada más efectivo que un café bien cargado.
¿Qué hay de cierto en eso, es tan bueno el té y tan malo el café? ¿Realmente el café es más estimulante?
Como vas a ver, no son tan diferentes, a veces el secreto solo está en la dosis.
Qué tiene de bueno el café
La mayoría de efectos que provoca el café en tu cuerpo son debidos a la cafeína, pero no todos. El café contiene muchos compuestos bioactivos, vitaminas, minerales y antioxidantes.
Con lo que el café recién molido es más saludable, porque no le hemos dado tanto tiempo para oxidarse y no es por ir en contra de George Clooney y sus cápsulas ¡Dios nos libre! ;)
Está claro que si necesitas estar despierto y una dosis extra de energía, un café será perfecto. A dosis moderadas la cafeína es un muy buen estimulante porque inhibe las señales de cansancio que te manda tu cuerpo. Estimula la producción de adrenalina y te activa, mejora la memoria, la capacidad de concentración, la velocidad de reacción y te mantiene alerta.
Gracias a la cafeína también aumenta la tolerancia al esfuerzo (por eso justamente la cafeína se añade a muchos suplementos para deportistas). Es además ligeramente diurético.
Curiosamente algunos estudios relacionan el consumo moderado de café (uno o dos cafés al día como mucho) con la prevención de cáncer de colon y próstata y también con la disminución del riesgo de diabetes tipo II.
Pero está claro que eso no tiene ningún efecto si no se enmarca dentro de una vida sana y una dieta equilibrada.
Las ventajas del té
Aunque creas que el té no contiene cafeína, si la tiene pero en este caso la llamamos teína. El resto de sustancias bioactivas del té hacen que se absorba más lentamente y su efecto dure más tiempo. También es verdad que en una taza de té la cafeína queda más diluida, tiene menos cantidad de cafeína que una taza de café.
El té también nos sirve como estimulante, para mantenernos más despejados y activos.
Contiene también vitaminas y minerales así como sustancias antioxidantes (en especial el té verde). Es también un buen diurético, favorece la eliminación de líquidos.
Un apunte: cuanto más tiempo dejes el té en infusión más taninos habrá en el agua y más difícil será absorber la teína que contiene, eso sí, también es cierto que será más amargo.
¿Y los inconvenientes?
El principal problema deriva del consumo excesivo de cafeína, y como ya te hemos dicho, de esa llevan los dos. La diferencia está en la cantidad y en las sustancias bioactivas que acompañan a cada uno. Tomar más de 400mg de cafeína diarios puede ser un problema.Para hacerte una idea, un espresso puede tener unos 100mg y un café largo tipo americano puede tener unos 200mg. Una taza de té puede tener unos 50 mg de cafeína con la salvedad que además ésta se absorbe más lentamente. Ten en cuenta que estas cantidades de cafeína son orientativas y pueden variar mucho de un café o té a otro.
Pero no todo el mundo tiene la misma tolerancia. Algunas personas necesitan más cantidad y otras con menos ya notarán nerviosismo o taquicardias. De hecho a veces puede generar problemas para conciliar el sueño o a dosis altas hipertensión.
También puede aumentar la secreción de ácido en el estómago y por su composición también puede causar irritación gástrica. No es algo que ocurra a todo el mundo pero si tienes problemas de reflujo, acidez o malas digestiones prueba a dejar el café y el té una temporada y puede que mejores.
Toda sustancia que tenga efecto estimulante puede generar dependencia, pero quizá es más fácil que eso pase con el café porque tiene más cafeína y ésta se absorbe más rápido. Eso hará que cada vez necesites más cafés al día para conseguir estar igual de despierto. Además al café le añadimos más azúcar que al té, algo que contribuye a potenciar también este efecto estimulante inmediato.
En ese sentido estaría bien tomar café porque te gusta, no porque “sin él no tiras”. Analiza bien cómo descansas, cuántas horas duermes o qué ritmo llevas para que no tengas que depender de una sustancia estimulante para tener energía para tirar adelante el día.
Haz tus cuentas ¿qué bebida estimulante prefieres? ¿Cuántas tazas tomas al día?
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