¿Quién no ha tomado un antibiótico alguna vez? El empleo de este tipo de medicamentos es muy habitual y en realidad son fármacos muy eficaces pero si se utilizan de forma incorrecta pueden perder totalmente su efecto.
Los antibióticos sólo son válidos para tratar las infecciones producidas por bacterias. No deben utilizarse nunca para tratar resfriados o una gripe, que están causados por virus.
Únicamente deben tomarse antibióticos cuando lo prescriba un médico, no debemos automedicarnos. Aunque nos parezca que necesitamos un antibiótico, antes de tomarlo por nuestra cuenta siempre es conveniente acudir al médico. Los mismos síntomas pueden deberse a enfermedades diferentes que requieran tratamientos diferentes.
Es muy importante hacer un buen uso de los antibióticos, principalmente por dos razones:
-Para asegurar una completa curación del proceso infeccioso
-Para evitar que las bacterias se hagan resistentes al antibiótico y éste pierda su efecto
Cómo se deben utilizar los antibióticos
Antes de iniciar el tratamiento es importante conocer exactamente la posología, es decir, cuántas veces al día o cada cuántas horas debes tomar el antibiótico y la duración del tratamiento.
Es muy importante no olvidar ninguna dosis y ser puntual a la hora de las tomas, ya que hay que mantener unos niveles constantes de fármaco en la sangre para combatir correctamente al germen causante de la infección. Antes de empezar con la primera dosis piensa en que horario te vendrá mejor tomarlo, por ejemplo si la posología es cada ocho horas, puedes tomarlo a las 8h, a las 16h y a las 24h, para evitar tomas durante la noche, si así lo prefieres.
Suele ocurrir que, ante la aparición de una mejoría en el estado de salud, se abandone el tratamiento antes de tiempo. Aunque te encuentres mejor recuerda que debes respetar la duración del tratamiento, piensa que de no seguir correctamente estas pautas puede que la infección no desaparezca o que se presenten recaídas más graves.
Hay que tener en cuenta que algunos antibióticos no pueden mezclarse con alimentos o alcohol. Otros requieren unas condiciones de conservación concretas, como algunos de uso pediátrico que deben permanecer en nevera. No te olvides de consultar el prospecto y recuerda que si te han recetado antibiótico y no sabes cómo tomarlo, olvidas alguna toma y no sabes que hacer o tienes cualquier otra duda puedes contactar con nuestro equipo de farmacéuticos.
Al tomar antibióticos se agrede también la flora intestinal. Desaparecen algunas de las bacterias y proliferan otras. Esta alteración deriva en problemas gastrointestinales, como la diarrea.
Los probióticos actúan restableciendo el equilibrio de la flora intestinal, reduciendo el riesgo de padecer estos molestos síntomas.
Pueden utilizarse como preventivo, al iniciar la toma de antibiótico, o bien como tratamiento si ya han aparecido las molestias gastrointestinales.
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