Cuando llega el momento de bañar a tu bebé por primera vez y lo tienes todo preparado, bañera en su sitio, jabón, champú y esponja apunto, toalla lista para estrenar… empiezan a aflorar las dudas. ¿Estará demasiado fría el agua? ¿Y si quema? ¿Por donde empiezo? ¿Cómo le agarro? ¿Lo haré bien?
El momento del baño es genial para los bebés. Se ríen, juegan, se relajan… Están encantados y se lo pasan en grande.
Pero las primeras veces no siempre es todo tan fantástico, y es normal que tanto padres como bebés tarden en disfrutar del momento del baño.
Aquí tienes una guía para bañar a tu bebé disfrutando al máximo y prácticos consejos para cuidar con delicadeza de su piel.
Cuando llega el primer día
Seguramente el pediatra te habrá recomendado que no bañes a tu bebé hasta que se desprenda su cordón umbilical.
Si quisieras podrías empezar a bañarle antes, pero ya son bastante complicados los primeros días como para bañar al bebé intentando mantener seco el cordón. Así que, relájate, no hay porque tener prisa. Piensa que los bebés tan pequeños aún no sudan ni se ensucian demasiado.
Eso sí, tendrás que cuidar la higiene de la zona del pañal, utilizando esponja, agua y jabón o bien las típicas toallitas. Y no te olvides del suero y las gasas para limpiar sus ojos y nariz.
Durante las primeras semanas también es normal que la piel se descame, no te preocupes, es un proceso normal que no tiene nada que ver con la higiene del bebé.
Aquí te dejamos un vídeoconsejo donde te lo contamos todo con más detalle.
La temperatura del agua
La temperatura del agua debe rondar los 35°. Puedes comprobarlo con un termómetro, en la farmacia los encontrarás de todas las formas y colores.
Más adelante cuando tengas más soltura sumergiendo tu codo en la bañera, sabrás reconocer si la temperatura del agua es la adecuada.
El jabón
La piel del bebé es muy fina y delicada. Además aún no ha desarrollado la capa de flora bacteriana que le protegerá de infecciones en la piel. Por eso es tan importante utilizar un jabón de pH neutro y que no sea agresivo.
Enjabona al bebé con la ayuda de una esponja natural o con la mano. Siempre con poca cantidad de jabón, sino no podrás aclararlo bien. Ten en cuenta que utilizar demasiado jabón o agua demasiado caliente puede acabar provocando mucha sequedad o dermatitis.
Paso a paso
Sujeta al bebé de manera firme, porque con la piel enjabonada es fácil que resbale. Una manera cómoda es agarrarle por detrás, poniendo su cabeza en tu brazo o codo y con tu mano sujetándole por la axila.
Empieza a enjabonarle por donde quieras, pero limpia bien los pliegues de las axilas, el cuello y las manos. Deja siempre para el final la zona del culito que tienes que enjabonar de delante hacia atrás para evitar infecciones, especialmente en el caso de las niñas.
¿Mañana o noche?
Es muy práctico bañar a los bebés por la noche, porque en general se relajan mucho. Si se hace cada día más o menos a la misma hora, antes de la cena, se va introduciendo una rutina que puede favorecer el sueño.
Aunque hay niños a los que el baño les deja muy activos, que es mejor bañarles por la mañana.
Y al acabar…
Cuando acabéis seca al bebé sin frotar, con ligeros toquecitos para no irritar la piel. Después hay que aplicar una loción hidratante o aceites en cuerpo y cara. Como decíamos la piel es muy fina y se deshidrata con facilidad.
¿Cuánto tiempo y con qué frecuencia?
Si la higiene de la zona del pañal es correcta, con tres o cuatro veces a la semana basta. En bebés tan pequeños no hace falta más.
Con un baño de 4 o 5 minutos es suficiente a esta edad. Más adelante ya os podréis entretener y jugar más tiempo.
Bueno, poco a poco iréis aprendiendo, se trata de ir cogiéndole el tranquillo con la práctica. Al cabo de unos días será un momento de caricias y juegos muy bonito.
¿Nos cuentas cómo fue tu primera vez?
