Quizá creas que la fibra únicamente sirve para solucionar el problema del estreñimiento y que seguir una dieta rica en fibra es cosa de los que necesitan regular su tránsito intestinal, pero nada más lejos de la realidad.
Cuando hablamos de dieta sana y empezamos a enumerar, una tras otra, todas las recomendaciones para mejorar nuestra alimentación, siempre decimos que hay que aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra.
Si a pesar de ir al baño como un reloj, sientes curiosidad y quieres saber por qué necesitas introducir en tu dieta alimentos con fibra como el arroz y otros cereales integrales y aumentar el consumo de frutas y verduras, sigue leyendo, te contamos todo lo que la fibra puede hacer por ti.
Existen dos tipos de fibra:
-Fibra Insoluble, que encontramos en las verduras, en la parte exterior de las frutas o en los cereales integrales. Nuestro sistema digestivo no puede digerirla y se expulsa prácticamente intacta.
-Fibra soluble, que es capaz de absorber gran cantidad de agua, formando sustancias espesas y gelatinosas. La podemos encontrar en frutas, en algunos frutos secos como almendras o nueces y en las legumbres.
Fibra para el estreñimiento
En la farmacia todos los días vendemos supositorios de glicerina, laxantes naturales o algún que otro compuesto que favorece el tránsito intestinal. Y bueno, no hay más que echar un vistazo a los espacios publicitarios en televisión, para ver que no hay día en el que no se anuncie algún que otro laxante.
Está claro que el estreñimiento es un problema común. En ocasiones deriva de un tratamiento con determinados fármacos o de situaciones excepcionales, como el embarazo, por ejemplo. Pero en la mayoría de casos, el estreñimiento se debe básicamente a la alimentación y al ritmo de vida que llevamos.
Comer fibra ayuda a evitar el estreñimiento. La fibra soluble capta agua y hace que aumente el volumen de las heces, con lo que ayuda a “mover el intestino”, es decir, regula el tránsito intestinal. Además la fibra insoluble acelera este movimiento, imagínatelo como si empujara el contenido del intestino hacia fuera.
Mejora la flora bacteriana
La fibra, especialmente la soluble, ayuda a mejorar la flora bacteriana, sí, esas bacterias buenas que tenemos en el intestino de las que todo el mundo habla. Las bacterias de la flora fermentan la fibra, es decir, la utilizan como alimento.
Tener la flora bacteriana en equilibrio, es básico para la digestión, pero también para mantener y mejorar nuestro estado de salud. La flora tiene funciones tan importantes como la de sintetizar la de vitamina K, ¿por qué crees que es tan importante recuperar la flora bacteriana con probióticos después de pasar una gastroenteritis o de tomar antibióticos?
A más fibra, menos azúcar y menos colesterol
Una dieta rica en fibra ayuda a mantener los niveles de colesterol a raya. Cuando la fibra soluble está en el intestino, forma una masa gelatinosa que es capaz de incorporar y arrastrar parte de las grasas y colesterol que ingerimos, impidiendo que los absorba el intestino.
También tiene beneficios en cuanto al control del azúcar. La fibra hace que el vaciado del estómago sea más lento, con lo que los azúcares de la dieta se absorben también más lentamente y no se produce una cantidad de insulina tan elevada. La fibra es imprescindible en la dieta de las personas que sufren diabetes.
Sólo tiene un pequeño problema, del mismo modo que reduce la absorción de grasas también puede reducir la absorción de otros nutrientes. Si tomas suplementos o alimentos que contienen hierro o calcio no los tomes junto a la fibra.
Control de peso
Como decíamos, la fibra hace que el vaciado del estómago no sea tan rápido, lo que también aumenta la sensación de saciedad. Resultado: no tenemos hambre tan pronto. ¿No te parece que la fibra es indispensable en dietas de adelgazamiento, pues?
Algún consejo más
No podemos terminar sin recomendarte que aumentes el consumo de vegetales y frutas frescas y que a la vez incluyas en tu dieta pan, pasta y arroz integrales.
Algo que también debes hacer es sustituir la ingesta de carne o pescado por legumbres una o dos veces a la semana.
Puede que al incrementar la ingesta de fibra notes alguna molestia gastrointestinal, como gases por ejemplo. Para evitarlo, procura tomarla los primeros días en poca cantidad y aumenta su consumo de forma gradual.
Y acuérdate siempre, siempre, siempre de beber los dos litros de agua diarios. ¡Que no se te pase!
